Al final no eres tan guay como piensas...

Estaba escrito en una pared...

“Al final no eres tan guay como piensas...”

y en cada letra, un trazo de odio,

asomaba de la caligrafía.

Toda la decepción y el desdén

se remarcaban en aquella frase pequeña 

solitaria e ínfima, 

era una venganza final.

El odio había alcanzado las últimas cimas

de hiel.

Ya,

no era mas que una historia muerta,

una guerra terminada por una última batalla

sin lucha, 

no hubo prisioneros, 

todo se había terminado,

con aquel punto final,

genial,

aquella pared perdida,

emborronada de despedidas a bocajarro. 

Nunca lo supieron, pero todos había perdido aquella guerra...

o tal vez no.