miércoles, 21 de mayo de 2025

El peso de las cosas que no existen

Encontrar algo de café en una taza
abandonada
frío como este miércoles de malas noticias,
paro de leer, feliz, 
pensaba que no había.
Soy fanático de rascarme los ojos
brusca, intensa y desesperadamente 
de rascarme el cielo de la boca
con un dedo sin uñas…
es el después de grabar el tiempo
un día como hoy de abrupta primavera.
Creo ser, no, soy un iluso Quijote
le digo a María cuando que no firmo escritos
muero con mis ideas…
así me va, dice siempre mi madre. 
Soy capaz, en un recital de poesía,
de mirar lo que tengo delante 
y soñar con enfangarme en tierra 
como los elefantes que juegan 
rebozados en el polvo de lo imposible.
Sigo soñando con hormigas
con fuerzas inconmensurables y secretas 
que me hacen vivir lo que no vivo
que me prestan vidas de otros.
No es que ya no pueda
no es nada, que ya no quiera
es esa sensación extraña 
de ser ya otro
siendo, tristemente, yo mismo. 

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