La desolación es un paisaje negro
casas aisladas
cabras quemadas
una liebre perdida que mira
tristeza en los bancos de las casas
miedo en los hombre de manos grandes
tierra caliente
pájaros volando buscando el festín
ovejas tratando de encontrarse
estamos para contarlo
como espectadores rotos
que no saben llorar.
La desolación limita con la esperanza
hacen una frontera
mezclándose
La esperanza son hormigas ejerciendo
trabajando silenciosas en el margen negro
arrastrando hojas diez veces su tamaño
siendo prueba demoledora de la naturaleza
esta viva
no muere
por más que la queramos arrasar.
Me enseñan el camino
ellas
minúsculas
infinitas y poderosas
seguir
como la mujer de manos grandes
sin dientes y con todo el miedo
como Paco en su puerta escuchando
como los bomberos amarillos incansables
luchando contra diablos que hierven
que prenden los futuros.
Miro a las hormigas
hijas de Sísifo
fuerza de insistir
sin pensar en nada
más que en seguir
Ya habrá tiempo para lágrimas.
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