Para mi padre por su ejemplo
siempre, hasta en lo más nimio.
Era miércoles
podía ser cualquier día
las manos enormes sabían
siempre inquietas
atentas siempre…
tras el café con leche
en vaso de caña
agarraban un trozo de pan
sobrante a propósito
de la tostada con aceite y mermelada…
migas bien hechas
los pájaros que le conocían
se acercaban
también desayunaban
como cada mañana.
No había un otro ejemplo
ni más grande
ni mejor
de empatía y amor
que cada uno de los suyos
por muy nimios que parecieran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario