“Era una playa de mierda
tenías que andar dos kilómetros
para tomarte una puta cerveza,
no vuelvo!”
dijo el tipo
con un beefeater con tónica
en la mano
agarrado
como si se lo fueran a quitar.
Era mi playa soñada
aquella
donde no irán nunca
los tipos
como él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario