No queda otra que armarse de dudas
salir a la calle acorazado en recelos
agarrarse a la incredulidad como salvavidas
construir paredes de desconfianza
sospechar de quien sospecha
ponerse en el lado de los suspicaces…
Nadie sabe nada, dicen
todos mienten, a sabiendas,
la verdad la disfrazan de postverdad…
no creer es lo único que puede salvarnos
de lo amenazante que asolará todo
del mundo que venga, de uniformes y metal.
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