Allí estaba
el mismísimo Blas de Lezo en aparición
entre contenedores de basura y escombros
medio hombre el grande
terror de piratas y sajones
orgullo olvidado de una patria con alzheimer…
Luego me dijo Carlos Kasaka que no,
que mi experiencia extra sensorial no era tal,
que confundí a dos mitos…
era el talentoso Wolfgang Amadeus Mozart
sin piernas ni manos entre basuras,
abandonado y queriendo ser olvidado.
Ya solo queda que el señor Kasaka proceda…
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