Emilia Pardo Bazán.
Croqueta
Bomba de ocre cristal exterior
piel erizada que abraza
un misceláneo vientre
de ambrosía salada y paz,
mezcla de química y física
que cierra ojos al placer
y eleva comisuras
inventando sonrisas de placeres indescriptibles.
Nunca dejan indiferente
quizás por su humilde origen utilitario
de robar alimentos a la basura
cuando ya no son lo que fueron.
La verdad es su sabor,
la mezcla improvisada su seducción,
el poder su contundencia,
su valor la ternura rompiente
que eleva a la magia de momentos sublimes
de placer y éxtasis incomparables.
Algo tan obvio como una croqueta...
sencilla y espontánea,
planificada y elaborada,
casera o artística,
clásica o desectructurada,
de sutil suavidad alquímica,
de mayúscula inicial o punto y aparte,
la perfecta complejidad cotidiana
de lo natural e insuperable...
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