miércoles, 16 de enero de 2019

Croqueta

“... la croqueta, al aclimatarse a España, ha ganado mucho. La francesa es enorme, dura y sin gracia. Aquí, al contrario, la hacen bien; se deshacen en la boca, de tan blandas y suaves.”

Emilia Pardo Bazán.


Croqueta 

Bomba de ocre cristal exterior
piel erizada que abraza
un misceláneo vientre 
de ambrosía salada y paz,
mezcla de química y física
que cierra ojos al placer
y eleva comisuras
inventando sonrisas de placeres indescriptibles.
Nunca dejan indiferente
quizás por su humilde origen utilitario 
de robar alimentos a la basura 
cuando ya no son lo que fueron.

La verdad es su sabor,
la mezcla improvisada su seducción,
el poder su contundencia,
su valor la ternura rompiente
que eleva a la magia de momentos sublimes 
de placer y éxtasis incomparables.

Algo tan obvio como una croqueta...
sencilla y espontánea,
planificada y elaborada,
casera o artística,
clásica o desectructurada,
de sutil suavidad alquímica,
de mayúscula inicial o punto y aparte,
la perfecta complejidad cotidiana 
de lo natural e insuperable...





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